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imagen de una de las obras de un pintor que vive en el campo de katsikas / foto:rrl

El símbolo y la invisibilidad

Refugiados en el campo de Katsikas, al noroeste de Grecia, exigen una  vida digna cuando se cumple un año de la muerte del pequeño Aylan.

Publicado: 2016-09-04

Como escribía días atrás el periodista Ramón Lobo el proverbio del dedo que apunta a la luna y una sociedad que no ve más allá del dedo parece ganar terreno. El símil del profesional, corresponsal durante décadas en zonas de conflicto, abre interrogantes e invita al análisis tras cumplirse un año de la muerte en el Mediterráneo del pequeño Aylan Kurdi.

Su fallecimiento, o la imagen de su cuerpo sobre la arena de una playa, se exhibió en portadas de periódicos de todo el mundo y en un prime time televisivo que es tan inaccesible para otros. Ocurre, por ejemplo, con las más de 700 personas, según datos oficiales, que el día de la efeméride partieron del campo de refugiados del Katsikas hacia el pueblo del mismo nombre en una protesta pacífica que llevó a muchos a dormir al raso en la localidad.

un momento de la protesta pacífica iniciada el 2 de septiembre

Tras meses varados en uno del más de medio centenar de campamentos  que existen en Grecia, su clamor es claro: quieren unas condiciones de vida dignas. “Salven a nuestros niños del frío invierno”; “somos humanos”; “no más mentiras”; suman matices las pancartas que acompañaron en su marcha a los refugiados en Katsikas, en su mayoría huidos de las guerras que se libran en Oriente Medio, entre los que se encuentra, como otros artistas, el autor del cuadro que retrata e interpreta la muerte del niño Aylan.

Como anticipando que las respuestas se van a hacer de rogar, quienes viven el campo piden al menos una oportunidad para que los más vulnerables resistan el invierno. En las tiendas en las que viven, no será fácil. Por eso llevan meses reclamando, sino un techo al uso, caravanas que, por ejemplo, impidan que el agua se filtre cada vez que llueve, algo que ocurre día sí, día también. De momento, no ha habido suerte para arrancar compromisos concretos a administraciones y organizaciones competentes.

interior de una de las tiendas de katsikas tras una tormenta registrada en agosto

En esa cultura en lo que todo parece limitarse al “fogonazo”, como apunta Ramón Lobo, tal vez la asunción de responsabilidades, al menos de corto plazo, llegue cuando los focos apunten a los habitantes de Katsikas y, como a ellos, a quienes aguardan en Grecia respuestas sobre su futuro. De momento, ni los trending topics ni los retuits y likes de algunos de los que cuentan con competencias en la gestión de la crisis han dejado más que la realidad que se desprende de las siguientes cifras:

423 niños han corrido la misma suerte que el niño kurdo desde que su fotografía diera la vuelta al mundo.

• Más de 4.100 personas han muerto en 2016 en el Mediterráneo.

• Más de 51.000 desplazados siguen varados en Grecia.

• Poco más de 3.386 refugiados han partido de Grecia o cuentan con salida programada a otro país dentro del programa de reubicaciones, según datos oficiales de ACNUR a agosto de 2016.

• Menos de medio millar de refugiados han sido reubicados en España tras el compromiso adquirido de acoger a más de 15.000 antes de septiembre de 2017. 


Escrito por

Rosabel Rodríguez

Periodista independiente; antes en EFE y El País. Interesada en los derechos de refugiados y personas migradas. De Barcelona. @rosabelrguez


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